domingo, 22 de marzo de 2015

Fango o el libro que se podría llamar: Yo tuve un perro presidiario

Hablar de la muerte sin resultar trágico no es fácil, tampoco lo es hablar de la amistad y del amor sin caer en la sensiblería, y cada vez que leo un libro de Gonzalo Moure me pregunto lo mismo: ¿cómo consigue con tanta sencillez, llegar tan hondo?

En esta ocasión ha sido su último libro, FANGO, un libro que, como digo habla de perros, de hecho comienza tal que así: “Aviso: si no te gustan (mucho) los perros, no leas este libro”. Y termina con esta frase excepcional que lo resume todo: “Todos los perros son el perro, todas las noches hermosas son aquella noche”. Pero no solo habla de perros, también habla de la muerte y por tanto de la vida, y me permito citar con permiso de Gonzalo Moure un extracto de las pág 72 y 73, que a mí me han gustado sobremanera “La muerte es algo a lo que quien ama a los animales se tiene que acostumbrar. O que tiene que entender. Los perros y los gatos viven seis o siete veces menos que nosotros, depende del tamaño; los caballos, cuatro. Así que en una vida humana caben al menos seis o siete perros, seis o siete gatos, cuatro caballos. Pero para ellos es una vida entera, y su muerte no debe ser una tragedia, salvo por la ausencia que nos dejan. Todas las maravillosas vidas de los animales que nos acompañan, y a las que acompañamos, acaban en muerte, o en desaparición. Y en ese momento lloras, te prometes a ti mismo no volver a sufrir lo mismo. Pero vuelves, porque para ellos es la vida, y a nosotros nos sirve para entender mejor nuestro propio, inevitable final.”



Un libro que también te hará reír, de hecho tengo una pregunta que hacerle a Gonzalo Moure ¿lo de la competición de cacas es inventado? Al leerlo lo entenderéis…

Y también llorar…recordándonos la crueldad, no por nada Fango, según nos cuenta Gonzalo en su página 142: “Este libro se podría llamar así: Yo tuve un perro presidiario”; pero como no me gusta destripar los libros más de lo necesario, recomiendo, y mucho, este libro, no solo a las personas (sí, los niños también lo son) que les gusten los perros, sino a tod@s aquellos que quieran entender un poco más la vida y sobre todo la muerte, eso es, cuando ya no puedes vivir más, ni un segundo siquiera… Y digo esto con lágrimas en los ojos escuchando a Beethoven, porque quiero dedicar este post a Roque mi primer perro, que aunque se nos fue muy pronto, sigue viviendo en Lucus y seguirá viviendo… siempre…


3 comentarios:

  1. Qué bonita entrada, Virginia. Gracias por descubrirme el Fango de Gonzalo Moure. Sin duda lo leeré. Como amante de los perros (adoro y echo muchísimo de menos al mío, ahora que estoy más lejos) y también de las buenas lecturas.

    Por cierto, qué guapo Roque.

    Eva

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    1. Hola Eva, gracias por tu comentario tan positivo. Me alegra que te haya gustado y traído buenos recuerdos.
      Fíjate en el collage de cachorros: la primera foto es Roque año 2009 y la segunda es Lucus 2011, tan parecidos... hasta en la mancha blanca de la barriga... aunque en el carácter no tanto...
      Saludos :)

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    2. Sí que se parecen un montón. Preciosos. Los perros son un regalo en la vida, sin ninguna duda. Gracias a ti de nuevo :)

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