El disfraz
—Déjala a ella que sea pájaro.
—Pero es que la niña ha pedido un disfraz de buitre carroñero y no sé de dónde ha sacado esa idea. El año pasado ya se quiso disfrazar de hiena y no la dejé.
—Es una niña, tampoco sabe muy bien lo que quiere. Que se disfrace de buitre, que más da.
—De acuerdo, como quieras.
—¡Oye! No te había dicho que Fernández lo está pasando mal con su mujer y la ha cagado en el trabajo varias veces.
—Pues es el momento perfecto para pedir su puesto a tu jefe, ¿no crees?
—Cariño, creo que tienes toda la razón.
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