Ayer fue un día especial. Tengo que reconocer mi propia ignorancia
(yo también pertenezco al club de los de la autoestima baja) y abiertamente
decir que sólo conocía a Juan José Millas por lo que nos había contado nuestro
profesor del Taller de creación literaria, Xavier Seoane. Pero yo, siempre
ávida por investigar lo desconocido, aproveché mis dos horas esperando en
urgencias del materno-infantil a que a mi chiquilla le sacaran una espina de su
garganta (la muy puñetera se le había clavado profundamente cerca de sus
amígdalas), para ponerme al día de su vida y obra. El caso es que, sirviéndome
de las nuevas tecnologías, esas que a veces ponemos a parir más por desconocimiento
y mal uso que por otra cosa, me puse a
indagar quien era y que escribía ese tal Juan Jose Millas y bingo, vaya
descubrimiento, un escritor periodista autodidacta que dejó su trabajo seguro y
gris de oficinista para dedicarse full time a lo que más le gustaba. Esto me
recordaba mucho a alguien…También me viene a la cabeza la frase que comentó
ayer en su charla sobre que “Todos somos muy buenos en algo”, esto me sonaba de
cuando leí en el libro “Las voces del desierto” de Marlo Morgan que todos
tenemos un DON. Fue como una sacudida, una emoción tan fuerte, que me decía
Virginia no dejes de buscar ese Don, persigue tus sueños, mientras tanto consuélate
con seguir llevando una rutinaria vida de oficinista. Pero… cuidado! nos
advierte Juan José Millas recordándonos la frase de Truman Capote “Cuando Dios
te da un don, también te da un látigo, y el látigo es únicamente para
autoflagelarse”.
Volviendo al tema que nos ocupa, encontré en los artículos
de opinión de Juan José Millas, una mirada limpia de una sucia realidad,
encontré en las palabras de Juan José Millas, una puerta abierta a contar con
chispa las miserias de una España y de un mundo más bien poco chisposo e
incluso casposo.
En esas 2 horas no me dio tiempo a descubrir mucho más, así
que tenía que ir a conocer a aquel
escritor con el que no sé porque, me sentí identificada al momento. Sin pensármelo
dos veces hice todo un encaje de bolillos con las actividades de mis hijos y ni
pronta ni perezosa me planté ayer a las 6 de la tarde en la UNED para asistir a
la charla de clausura de los “VIII encontros cos escritores” organizada por el
Centro de Formación y Recursos de Coruña y en el que participaba el poeta y
profesor Xavier Seoane quien actuaba como hilo conductor de la charla.
Increíblemente llegué puntual, pero para ello antes tuve que parar a echar gasolina, y al ir con cierta prisa (no quería llegar tarde),
tan sólo eché los últimos 10 € que me quedaban en la cartera, cosa de la cual
me arrepentí enormemente en cuanto llegue a las puertas de la Salón de actos de
la Uned y vi que vendían los libros de Juan José Millas y no cobraban con
tarjeta.
Empieza el “encuentro”. Tengo que reconocer que en los 10
primeros minutos de la presentación me temí lo peor, que la charla se trataba
de contarnos de una forma lineal y académica la vida y obra del autor haciendo
especial énfasis en su última publicación “Articuentos Completos”, pero gracias
al divino me equivoque de plano y resultó ser todo lo contrario, de hecho creí
en algún momento que me había equivocado de sala y estaba asistiendo a una
sesión de risoterapia.
¿Cómo definir lo que ayer ocurrió en aquel lugar? Difícil,
seguramente cada persona dé su percepción de una misma “realidad”, yo desde
luego lo vi desde dos puntos de vista:
El primero y más objetivo, lo podría definir como una
charla, la mar de entretenida donde a base de anécdotas, historietas y
recuerdos el autor nos adentró un poco más, con un toque ácido y de “retranca”
como diríamos por aquí, en las tinieblas
del mundo de la escritura y del escritor.
El segundo (y no por ello menos importante), mucho más
subjetivo, es que si me quedaba alguna duda de que tenía que dar salida a esa
novela que llevaba dentro, en esa tarde se me disiparon. Ya que, tal y como me
respondió a mi única pregunta ¿Qué consejo le daría Usted a alguien que quiere
escribir su primera novela? cumplo casi todos los requisitos por él expresados,
a saber:
- El deseo
- El ser boba
- El ser ingenua
- El ser disciplinada
- El leer y el escribir (aunque un poco obvio, bastante
importante no olvidarse de ello) “Nulla die sine linea”
Solamente, me quedarían sin cumplir dos requisitos que casi
no tienen importancia :)
- el TALENTO, que tal y como Juan José comentó no se puede
saber hasta que te pongas a escribir,
- y el segundo, estar ENFERMA, creo que para eso, lo tengo
fácil, me voy un día a una guardería y me empapo bien de todos los virus
circulantes. Quizá con esas fiebres me venga la inspiración y el talento del
cual el febril Juan José va sobrado.
Bien, como no me gustaría alargarme en demasía en esta mi
reflexión sobre la charla, cosa que creo que no he conseguido, lo resumiría en
la siguiente frase final:
“IRREMISIBLEMENTE” JUAN JOSÉ MILLAS ME HABÍA CAPTADO HACIA
SU MUNDO, EN DONDE LA REALIDAD Y LA
IRREALIDAD SE FUNDEN EN UN ÚNICO ORGASMO LITERARIO. Y YO, TONTA DE MÍ, ME
ESTABA DEJANDO “COLONIZAR” POR ESA LITERATURA DEL HIJO BASTARDO CUESTIONANDOME HASTA
MI PROPIA REALIDAD.
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