Y pensaba yo, ¿cómo habrá podido una mujer tan grande convertirse en algo tan pequeño? La vida fue dura con ella y ella no supo aprender de esos guijarros que se interponen en nuestro camino constantemente, no pudo superar su propias inseguridades, quizá fomentadas por terceras personas, quizá no tuvo familia y/o amigos que le apoyaran y le hicieran abrir los ojos de que sus propios miedos la estaban consumiendo.
¿Dónde estaba ese “Guardaespaldas” para cuidar de ella? Ahí puede estar precisamente la respuesta, no existen esos guardaespaldas, no existen eso príncipes azules que nos han metido en la cabeza durante toda nuestra vida y sino que se lo cuenten a “LA PRINCESA QUE CREIA EN CUENTOS DE HADAS” (genial libro de MARCIA GRAD). Esos principes azules tal y como nos narra el cuento se pueden convertir en nuestro peor enemigo.
¿Cómo?¿Por qué? Son preguntas que nos hacemos constantemente, pero quizá pensemos que es demasiado tarde para poner solución. La respuesta es no, nunca es tarde para nada, nunca es tarde para reconducir tu vida, para reencontrarte, para hacer lo que te gusta, para quererte, para buscar tu esencia, en definitiva nunca es tarde para ser quien tú quieres ser en cada momento de tu vida.
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